28 marzo, 2006

Días de Porno, Vino y Rosas


Esta mañana, mientras desayunaba, como todos los días antes de ir a la bodega, escuché una noticia en los informativos matutinos que aún no me ha sacado de mi asombro. Una famosa actriz porno (que no conocía de nada), ha presentado un nuevo vino, con una foto de ella misma desnuda posando en grácil gesto cautivador...muy casto, eso sí... Pero la cosa no se queda aquí, parece ser que ha estado asesorada por un gran enólogo italiano y Parker le ha puntuado con una puntuación desorbitante: "91"

http://elmundovino.elmundo.es/elmundovino/noticia.html?vi_seccion=8&vs_fecha=200603&vs_noticia=1141582571

Es bastante largo, pero merece la pena la visita... Por mi parte, trataré de conseguir una botellita si no se ha disparado ya el precio...

Bodeguero por unos días

Desafortunadamente, nuestro bodeguero sufrió un accidente laboral la semana pasada y se encuentra resentido de una costilla. Tras visitar al médico de la Mutua, y hacerse unas pruebas, le han informado de que tiene una fisura en una costilla. La cosa no es del todo grave, pero le obligará a mantenerse alejado de la bodega unos días...

Esta mañana me ha tocado preparar la clarificación de un depósito de más de 100.000 l de vino tinto... al principio un poco acojonado...son muchos litros, pero no es la primera vez que lo hago, aunque sí la primera que dirijo el cotarro. El nuevo, un chico de Madrid, que se ha mostrado bastante escéptico respecto a la operativa a seguir...¡¡Joder!! Cada vez que le digo de hacer algo me pregunta: "¿Seguro?". Al principio no le dí más importancia, (empecé el viernes a sustituir al bodeguero) pero ya me resulta un poco cargante. Bastante tengo con lo que tengo, como para que otro compañero más tenga que vencer sus prejuicios a mi "dulce acento". Es increíble, pero la experiencia me ha demostrado que tardo una media de 3 meses para hacerme respetar por las personas que conozco y más aún cuando a temas profesionales se refiere (desde mi época de estudiante, en Tarragona me tuve que esperar a que llegaran los exámenes...).

Pero bueno, salvando este pequeño problema, me siento realmente ilusionado,, porque esta semana es otra prueba más, es una prueba de fuego de hecho...sería como un ensayo de lo que será mi trabajo en la nueva bodega. ¡Tengo ganas de comenzar el día de mañana!

27 marzo, 2006

Osteopatía como remedio

Llevo casi un mes recibiendo tratamiento de electroterapia para curar mis brazos, pero la cosa no mejora, por lo menos tampoco empeora. Un conocido me ha recomendado la osteopatía como posible alternativa, ya que no he conseguido nada contratamientos convencionales... A ver que tal va con estos medio fisioterapeutas-medio curanderos.

22 marzo, 2006

Charla con el Gran Jefe de la Bodega

Antes de ayer, tuve un corto diálogo con el Consejero Delegado de la Bodega. La verdad es que me sorprendió, porque desde una pequeña discusión que tuvimos debido a un malentendido, no hemos tenido ningún cruce de más de dos palabras; y además en tono más bien frío.

La cosa es que llevaba tiempo sin saber por dónde andaba, y me preguntó que puesto estaba teniendo estos últimos días...Tenía ganas de decirle en broma que había estado de baja por mis brazos, pero la cordura imperó y le dije que estuve en la línea de barricas...

También le preguntó al Director del Grupo, si estábamos ya preparando un cambio de puesto para mí, y éste le contestó que hoy mismo se estaba gestando las atribuciones de los "enologuillos" del grupo.

Quedé bastante contento después de este acercamiento, sobre todo porque igual al final resulta ser cierto lo del cambio de actividad...

16 marzo, 2006

El Hombre que seguía susurrando a las barricas


La labor de hoy ha consistido en llenar unas barricas provenientes de la bodega de elaboración, donde tenemos los grandes vinos en cría, con barricas nuevas francesas principalmente. Son barricas que llevan en su mayoría dos años llenas con vino. Y se trasladan a la nave de barricas principal para renovar parte del patio de barricas de los vinos más corrientes (de corrientes nada, es más acertado decir crianza y reserva).

En la nave de barricas principal tenemos un tren de lavado de barricas (10.000 barricas bien se lo merecen). La verdad es que es un buen invento, pero a veces falla y hay ciertos puntos calientes que hay que estar vigilando contínuamente. Sobretodo cuando engancha las barricas, a veces, al no estar debidamente alineadas, sólo la engancha de un costado y al levantar, la tumba y la hace caer al suelo si no estás atento... pero un operario como Dios manda no se le pasa

14 marzo, 2006

El Hombre que susurraba a las barricas


Hoy ha sido un día interesante. Por la mañana el trabajo ha consistido en rellenar las barricas de un vino del año 2004, son los mejores vinos de la bodega y las rellenamos sin emplear bomba; simplemente un barril de acero inox al que se le inyecta nitrógeno para hacer aumentar la presión y que el vino salga por una manguera conectada a una salida del barril, esta manguera tiene una pistola y eso es todo...

Pero lo mejor fue la dura tarde revisando las barricas francesas nuevas. Fué dura, por culpa de mi lesión (la famosa epicondilitis bilateral), pero fue interesante porque tuve que revisarlas una por una para comprobar si tenían taras. Lo primordial, quier decir, lo que buscas de verdad son "ampollas", debido al proceso de tostado de la madera, cuando sobrepasa determinada temperatura, salen como unas excreciones de la madera (parecido a la pintura cuando se quema o a los plásticos) que a veces se agrietan. Esto es un foco de inmundicia que impide que se pueda lavar correctamente la barrica.

Sólo encontré una barrica con este tipo de ampolla, pero también había alguna que otra duela rajada de lado a lado (transversalmente).

13 marzo, 2006

Vinómadas

Como hice anteriormente, con el decálogo de The Wine Lounge, voy postear el decálogo de los Vinómadas, ¡a ver cuántos de adhieren a este supuesto movimiento-corriente alternativa!

Una nueva manera de ser Ni metrosexuales ni urbanchic ni dinkis (parejas jóvenes que deciden no tener hijos para disfrutar de un alto poder económico, del inglés Double Income No Kids -salario doble sin hijos-). Este primer lustro del siglo XXI deja una nueva manera de ser y de sentirse. Se trata del vinómada. Éste es su decálogo vital. Léelo atentamente y descubre si eres uno de ellos.

Eres un vinómada si…
1) Te gusta leer la carta de vinos de los restaurantes (y todas te parecen sosas y aburridas) y además, sueles tomar nota (o memorizas) vinos que has probado y te han gustado.

2) La gastronomía es tu pasión y la practicas tanto dentro como fuera de casa (ya sabemos que nunca cocinarás como la abuela, claro, pero en casa haces tus pinitos).

3) En tu cocina siempre hay un objeto de diseño (aunque no lo utilices demasiado).

4) Te gusta viajar y practicas regularmente el enoturismo.

5) Eres capaz de disfrutar de un buen vino y a tus cinco sentidos le añades también un punto de sensualidad (dicho de otra manera, sabes que con un buen vino suele ser mucho más fácil una conquista).

6) Sabes apreciar el fondo y la forma de un vino. Te seduce desde el diseño de su etiqueta hasta nombres como Ánima Negra, Sentimiento, 7 lunas o Neo, en referencia al protagonista de Matrix (una de tus películas favoritas).

7) Viste la película Entre copas y te encantó el diálogo del protagonista sobre la Pinot Noir. Por eso piensas que el vino, sobre todo, es sentimiento.

8) Frecuentas los wine bars porque sabes que los problemas, frente a una buena copa de vino, son menos problemas.

9) Te sientes apegado a la tierra y a la naturaleza y estás muy abierto a nuevas propuestas y elaboraciones como los recientes vinos biodinámicos.

10) Huyes de los tecnicismos y maridajes clásicos (como en la propia vida). Lo importante ya no es con qué tomar un vino sino con quién.

Si coincides en la mayoría de estos puntos, formas parte del universo vinómada.


P.D.: Que quede claro que la Merlot es una de mis preferidas...

Grego Roble 2003 Posted by Picasa

Curiosidades enológicas: "Grego Roble 2003" Vinos de Madrid

Hoy el nuevo compañero de Madrid, que hace una semana que está con nosotros; me ha traído una botellita de su tierra. En realidad trajo dos, una para que bebiéramos todos en la comida y otra para mí. Pero a mí beber vino de un vaso de plástico es como...como la masturbación, divertida, pero nada más. Así que en cuanto he llegado a casa, la he descorchado (por cierto, lleva tapón de silicona rojo, color lacre, y a primera vista parece que sólo es cera).

Es un vinito de Tempranillo y Syrah, de 14 voltios, que según reza en la contraetiqueta, que en realidad es la etiqueta (comentario técnico) fue criado durante 110 días en barricas nuevas de roble francés, americano y español. Además de la curiosidad de la crianza en roble español (de Madrid tenían que ser), nos informan en la etiqueta que sólo se hicieron 17.171 botellas...¡eso es hilar fino! Me pregunto qué número hará la mía.

De entrada es un tipo de vino que me suele atraer, corta crianza, encima con barrica nueva (a saber), pero claro ya un 2003, me olía iba a estar un poco pasadete...y no me equivoqué, pero aún se podía beber a gusto. El color es bastante bueno, capa media-alta, cereza-picota. La verdad es que el color atrae. Pero al principio, recién escanciado, se percibe una nota sucia, que no se pierde del todo con el tiempo, pero que a mí me ha recordado a madera vieja, cera de vela... y al final me ha dejado dudando porque se ha tornado más a frutas desecadas (pasas y ciruelas pasas) y a cacao y café. La nota de café es muy clara depsués de agitar un poco la copa, pero al poco tiempo después volvemos a esta nota de suciedad, enranciamiento que podemos culpar a la evolución del vino.

En boca, el vino tiene un ataque progresivo, dejando un ligero amargor. Se nota el alcohol, pero no resulta molesto. También en boca podemos percibir estas notas de evolución. El gusto es bastante largo y deja una sensación cálida en lengua que resulta agradable. En retrogusto noto ciertas notas a anis o castaña.. a veces las confundo porque de pequeño en casa se cocían con anís, pero creo que es más bien castaña.

Por lo general, un vino bastante ameno y correcto, a pesar de su edad. No me voy a complicar ni a mojar mucho con este vino...le pongo un 6.5 sobre 10.

12 marzo, 2006

Mañana de vuelta a la línea

Es lo que tiene tiene el fin de semana, que termina y comienza otra semana. Y a volver a la línea de embotellado. Es un trabajo que no resulta nada, nada gratificante. Sí, ves cómo se va avanzando con el trabajo, cómo se van acumulando los pallets de cajas con botellas etiquetadas, o cuando se embotella, cómo se acumulan los jaulones de botellas...

La cosa es que a veces hay complicaciones, que es lo que te ameniza la jornada, la capsuladora de repente deja de funcionar, la lavadora de botellas se atasca a veces y se para; la etiquetadora a veces tuerce las etiquetas, o se "olvida" de poner la precinta del consejo... de vez en cuande se rompe alguna botella...

Pero en sí, el trabajo no aporta nada, no te hace sentir realizado de ninguna manera, sólo cuando hay algún problema, y puedes solucinarlo sin pedir ayuda a nadie. Tengo unas ganas de comenzar a hacer otras cosas... ya estoy hasta las pelotas de trabajar con mis manos, que ademas sufren ya una lesión de epicondilitis desde la vendimia, más de cuatro meses sin poder hacer esfuerzos y con dolores cuando me pongo a escribir en el ordenador... y todo por no ir al médico en el momento justo y coger la baja en plena vendimia... al menos sé que me renovarán el contrato... cada día me cuesta más ir a trabajar. Cada día, me doy cuenta del tiempo que estoy perdiendo...

10 marzo, 2006

Esta noche, ¡de vinos por la Laurel!


Una de las cosas más excitantes, y la más interesante de hacer (dicho sea de paso) en Logroño; es salir por la Calle Laurel de pintxos. Todo el bullicio (o casi todo) de la zona antigua de Logroño se centra en esta calle. A eso de las 8 y media de la tarde comienza a haber "jaleo".

Hay multitud de bares, cada uno con su especialidad culinaria llevaba a la mínima expresión. Los hay más o menos elaborados, te gustarán unos más que otros, más o menos caros, pero lo que es seguro es que si pasas por esta calle, que además está muy muy cerca del Camino de Santiago, no te quedarás indiferente.

He hablado de los pinchos, pero la verdad es que para una persona habituada a tomar vino, salir por esta zona es genial por dos cosas: primero es que los vinos que sirven, por lo general no están mal y siempre hay donde elegir; pero lo segundo y más importante es que exite una rotación tan grande que no llega a estropearse el vino casi nunca, pidas el que pidas. Es uno de los pocos sitios en lo que se puede beber vino por copas y tener una idea bastante aproximada de lo que es el vino (si conseguimos abstraernos del ambiente tan sonoro y cargado de humo, claro)

Esta noche saldré con un compañero de trabajo y su novia. La verdad es que desde que andamos por Logroño, no hemos salido casi con nadie de aquí. Casi siempre han venido amigos o familiares y les hemos hecho a todos prácticamente la misma ruta turística; terminando siempre en la calle de los elefantes (¡porque todos salen trompa!). Me resulta extraño estar en una ciudad y no tener amigos. En todos los sitios en los que he vivido, bien sea por ser estudiantes o por tener un pasado ya allí; nunca me ha faltado un amigo para salir a dar una vuelta.

Creo que mi novia y yo nos estamos acomodando el uno al otro y no nos molestamos en crear y cultivar nuevas amistades en esta ciudad. De entrada, debería haberme encontrado ya un grupo de cata. Aunque sea para hablar de vinos ya podría haber hecho unos cuantos amigos más. Pero bueno es lo que tiene lo de emigrar, que te cambias de entorno y tienes que empezar de cero.

09 marzo, 2006

VinoTerapia


He conocido hoy una nueva web denominada WineLounge. Está editada por Vinoselección y pretende ver desde un nuevo prisma el mundo del vino. Darle un enfoque menos clásico y clasista y muy juvenil.

Parece verdaderamente interesante, aunque aún escasa; sabe a poco. Después de echar un corto vistazo, he decidido que coincido en buena parte de los puntos que definen a un Vinómada.

El Decálogo de The Wine Lounge:

1. Llevar un sacacorchos a mano (maletín o bolso). ‘Nunca se sabe’.
2. Regalar vinos exóticos de países como Australia, Nueva Zelanda, Sudáfrica, Chile o Estados Unidos. Porque probar el vino también es una manera de viajar.
3. Conocer a los flying winemarkers (enólogos voladores) más importantes de España. Han de sonarte, al menos, tres nombres: Telmo Rodríguez, Ignacio de Miguel y Miguel Ángel de Gregorio. Hacen vinos en cualquier zona del país y todos de gran calidad.
4. Descubrir los vinos de denominaciones de origen poco conocidas como la de El Bierzo (León) o Conca de Barbera (Barcelona).
5. Practicar regularmente alguna de las rutas del vino: visitar bodegas, comer en ellas y, ¿por qué no?, dormir en algún pequeño hotel-bodega.
6. La película Entre Copas puso de moda la Pinot Noir (“Sus sabores son los más evocadores, emocionantes y antiguos del planeta”, decía el protagonista). Hoy, los enólogos buscan uvas más extrañas, como la Pinotage sudafricana.
7. Pedir algún vino de hielo (se llaman así porque su vendimia es en enero). Se elaboran sobre todo en Canadá, Austria y Alemania. Son dulces y en España comienzan ya a elaborarse.
8. Dejarse guiar por el nombre del vino: Ánima Negra; Sentimiento, Neo, Diga?, Pétalos del Bierzo o 7 Lunas…porque el vino hay que sentirlo desde el principio. En el nombre comienza el feeling.
9. Otra manera de pedir (o comprar) el vino es solicitar una añada que te recuerde algo especial (el nacimiento de un ser querido, una fecha concreta). Reforzará el motivo de tu celebración.
10. Y una máxima final: Recuerda que los mejores vinos no son siempre los más caros. Como dicen los entendidos: “Un vino de 300 euros no es diez veces mejor que uno de 30”.

08 marzo, 2006

¿Precariedad laboral?

¿Acaso un Arquitecto, al terminar su larguísima y difícil carrera, hace las prácticas en una obra poniendo ladrillos? ¿Alguién conoce algún Ingeniero Industrial que al terminar la carrera, hubiera tenido la necesidad por imposición de su empresa de ponerse en la cadena de montaje viendo pasar piezas interminablemente? ¿Es que acaso los Licenciados en Químicas deben pasarse un año entero en la fábrica llenando tarros de reactivos?

Pues los Ingenieros Agrónomos, y por descontado los Licenciados en Enología somos los patitos feos de los universitarios de grado superior. Al principio de mi estancia en la bodega donde estoy, lo veía como un reto.

"Empezar desde abajo"

"Así conocerás la profesión y el sector desde todas sus perspectivas y te será más fácil desempeñar puestos de responsabilidad en un futuro"

"¡Esto lo hacen hasta en la Coca-Cola!"

En realidad, esto, el obligar a los empleados a comenzar dede abajo en una empresa, es de empresa seria. Pero, ¿un universitario "debe" comenzar desde "tan abajo"?. Entiendo que de Peón de Bodega se aprende mucho, pero, llega un momento en que todo está aprendido y solo te queda perfeccionarte.

Estoy contento de haber hecho lo que he hecho, el decidir invertir un año entero de tu vida profesional en un puesto que te enriquecerá a largo plazo. Pero siempre me quedan dudas. ¿Habré hecho lo que realmente debía? ¿O he sucumbido a los deseos de un empresario con una necesidad de empleo temporal con la promesa de conseguir un puesto de trabajo mejor? ¿Me habré prostituído? ¿Hasta dónde estoy dispuesto a no replicar cada vez que me recuerden mi falta de experiencia? ¿Hasta dónde tragaré para conseguir el ascenso esperado? Ser el primero de la clase y echar botellas todos los días a la línea, ¿no estaré desperdiciando mi posible potencial? (si no me lo digo yo no sé quién me lo dirá).

Espero que cuando haya pasado un año, y tenga un puesto de verdadera responsabilidad y sobre todo un puesto técnico me ría de lo mal que lo estoy pasando ahora.

Y ahora me da por hacer un Blog


Me llamo Javier Pérez Martín. Nací el Año de Gracia de Nuestro Señor de 1978, lo que me convierte en un miembro de la conocida Generación X . Estudié Ingeniero Agrónomo en la Universidad Pública de Navarra; donde hice grandes amigos que nunca olvidaré y que nunca olvido, y donde conocí a mi futura mujer, Beatriz.
Ya a la tierna edad de 17 años (no tan tierna después de todo), yo ya sabía que me quería dedicar al mundo del vino, así que antes de terminar la ingeniería ya tenía en mente estudiar enología.
Los hazares de la vida me llevaron a Cataluña, donde también volví a hacer gran cantidad de buenos amigos, además de conseguir hacer lo que siempre quise, convertirme en enólogo. Con tan buena suerte que al final conseguí ser el número uno de la clase; conseguí el Premio Extraordinario Fin de Carrera en la Universidad Rovira i Virgili correspondiente al año académico 03-04 (Enología en Tarragona comienza en febrero). Éste premio no ha servidopara nada más que hacer que mis padres se sientan orgullosos de mí, adornar el salón de nuestra casa, y cómo no para hacerme sentir satisfecho por un trabajo bien hecho. Pero de resto, nada. Queda muy bonito en el currículum, pero no te hace subir puestos en el ranking, eso lo da la experiencia. A lo mejor cuando vaya ganándo más y más, este premio se valorará en su justa medida.
La cuestión es que vine a esta tierra riojana de la mano de un amigo de mi padre (también tinerfeño)...Ahora que pienso, creo que no he aclarado que soy de S/C de Tenerife. Trabaja ahora como distribuidor de vinos y también es enólogo por la Univeridad de La Rioja (antes de que existiese la titulación de Licenciado en Enología) me puso en contacto con una familia bodeguera en Cenicero.
En Cenicero iba a ser mi segunda vendimia completa, y ha sido la peor de mi corta vida :) Pero ha sido la peor por los horarios, las penurias, el ritmo de trabajo, pero de momento, es de la que guardo un mayo cariño. Los rigores de una empresa familiar, en la que todos, sobre todo los de fuera, han de arrimar el hombro hicieron mella en mí. Al principio me acojoné y quise escapar de allí como alma que lleva el diablo... Pero ahora, a pesar de la explotación sufrida, recuerdo los momentos que trabajé después de la vendimia como los más enriquecedores. verdaderamente me sentía valorado en esa empresa, pero mi decisión de encontrar un trabajo más técnico me hizo echar las alas a volar de Cenicero...para recalar en Villabuena de Álava.
Pero eso, lo cuento mañana, que ya hace bastante sueño...