Cosecha 2007 ¿Excelente?

La verdad es que este año, parece que va a ser un año como los de toda la vida. Estos últimos veranos se ha estado especulando con que constatado ya el hecho del cambio climático, la planta lo está acusando, a primera vista de dos maneras. El aumento de temperatura acelera la maduración, se adelanta la fecha en la que se alcanza la madurez industrial (máximo contenido en azúcar) y además la acidez se ve mermada debido a una mayor respiración del ácido málico.

Pero lo que de verdad puede presentar un problema es el hecho de que se alcance el momento de la vendimia, y no se consiga llegar a la madurez fenólica (es más dificil de determinar y evaluar, pero se podría considerar el punto en el que la extractabilidad de los antocianos es máximo y el contenido de polifenoles total máximo). Esto podría terminar produciendo vinos con alto contenido alcohólico y falta de cuerpo, estructura, con lo que podrían resultar desagradables para el consumidor.

Las condiciones que se han dado a lo largo de la fase de maduración, temperaturas moderadas durante el día, frescas durante la noche, favorecen la síntesis de polifenoles con lo que la calidad de la uva se ha "precalificado" de excelente.

A lo largo del verano, han acaecido varios sucesos de tormentosos con abundantes lluvias, en ocasiones acompañados de pedrisco que han provocado daños de diversa consideración pudiendo comprometer la correcta maduración en algunos casos.

Por los controles que estamos llevando en nuestra finca, a día de hoy en la práctica totalidad de la finca nos estamos acercando ya los 13 grados alcohólicos probables, manteniéndose la acidez en torno a 7.5 g/l de acidez tartárica y un pH rondando 3.4. Si se mantienen estas temperaturas y las condiciones meter
orolçogicas nos son favorables de cara al resto del periodo de maduración esperamos conservar la acidez y el estado sanitario de la uva; con lo que la calidad de la cosecha sería francamante buena y los vinos obtenidos podrían gozar de un gran equilibrio.

Labores agrícolas

El otro día me sorprendió ver a uno de los trabajadores de la finca montado en el tractor pasando el cultivador. La época del año en la que estamos no es idónea para labores de cultivador, si es caso una labor muy superficial de unos 5-6 cm. de profundidad, porque de lo contrario, se podrían dañar parte de las raicillas activas de las viñas con lo que se podría comprometer, o mejor dicho debilitar la absorción de agua y por consiguiente, las cepas.

Parece ser que claro está, se estaba pasando cultivador a un plantado (viña recién plantada), cuyo sistema radicular todavía está en desarrollo, con lo que no se ha extendido mucho ni en profundidad ni hacia el centro de la calle. Pero la labo se estaba haciendo a casi 20 cm. con lo que en viñedo viejo dañaría las raíces.

Tras comprobar que en otra parcela (ya de viñas viejas) el cultivador se embozaba con la vegetación no deseada (alias "Malas Hierbas"), el Ingeniero Agrónomo que asesora a la bodega recomienda no arar en esta época, sino si es caso emplear un apero (trituradora de sarmientos) como debrozadora. La labor fue llevada a cabo sin problemas en anteriores ocasiones.

Autoempleo, ¿porqué no?

Hace ya un tiempo que viene rondándome la idea de encaminar mis pasos profesionales al ejercicio libre de la profesión de Ing. Agrónomo. Evidentemente, especialista en viticultura, pero para esto debo de reencaminar mis pasos actuales, o mejor dicho redirigir mis esfuerzos para cambiar de puesto, dentro o fuera de mi empresa. Debo adquirir algo de experiencia en el campo de la viticultura antes de enbarcarme en una aventura autónoma.

Estoy seguro de mis capacidades y de que llegaré a ser un gran técnico, si es que alguna vez comienzo a tocar temas verdaderamente interesantes y dejo de hacer labores mundanas como... meter botellas en cajas.

Tengo que esforzarme en realizar el cambio que necesito y en aprender, ya sea estudiando en mis ratos libres como aprovechando las visitas del técnico de la explotación de la bodega al máximo, para dentro de un par de años, poder tener el coraje y el valor suficientes de comenzar a ser mi propio jefe.

Los inicios son siempre difíciles, y hay que luchar por todo, por cada centímetro que das en esta vida, tan plagada de competitividad y de titulados... pero estoy seguro de que yo, Javier Pérez Martín, premio exraordinario fin de carrera, puede hacerlo... puede ser su propio jefe.